¡Mil gracias, Señor mi Dios, por este nuevo día! Hoy agradezco a mi Señor porque puedo disfrutar de este día tan bonito que acaba de comenzar. Este es el día en que el Señor actuó; regocijémonos y alegrémonos en él. Yo sé que hoy veré a Dios actuar en mi vida y en mis circunstancias y siento gratitud.